20/05/09
El silencio me despertó esa mañana, algo inusual ya que siempre rogaba en mis sueños que no amaneciera. Al ver el reloj dominante me di cuenta de que eran las cuatro y media de la madrugada no se veía ni un mísero destello de luz reflejándose por mi ventana. Así que decidí salir a correr algo
demasiado inusual, inhalando y exhalando logre alcanzar trotar 220 metros, mi corazón saltaba pidiendo aire en cantidades.
Al llegar a mi casa tome un baño y trataba de borrar de mi mente ese pensamiento de tristeza, desconsuelo y soledad, Que vienen a mí cada mañana en las que veo solo la televisión o en las que suelo soñar despierto con animes y en canciones sin sentido. Pero a pesar de todo esto presentía que algo iba a pasar, camine como de costumbre hasta la avenida Elmer Faucett donde ya había gente dispersa como arena en la playa, era casi imposible ver al cobrador de la combi entre tanta gente apretujada como sardina lista para la venta, eran las siete y cuarenta de la mañana no paraba ninguna “S” (combi). Así que decidí caminar por las orillas del río Rimac, algo aburrido solo veía a los marinos corriendo para no perder su transporte , al ver esa escena me causaba risa esto era muy notorio , lo cual se percataron las personas que por hay pasaban que me miraban con disgusto.
Al final me aburrí de caminar así que regrese a Faucett siendo las ocho y quince de la mañana logre ver bajo ese manto blanco llamado neblina una Aquarius (Coaster “S”) el cual era mi única salvación para llegar a tiempo para grabar la propaganda por que sabia que el curso de Formulación y evaluación de proyectos ya había comenzado y también sabia que la profesora por mas buena que fuese no me dejaría pasar, bueno en el carro se sentía el encantador aroma de diez chalacos. El cobrador del Aquarius parecía haber tenido un día pesado ya que en faucett con la Av. Venezuela se sale peleando con un tío que no quería ir mas al fondo, el cobrador diciendo- por favor avance, al fondo hay espacio avance, avance hay gente que quiere viajar también , el tío se queda calmado y le dice- ya voy a bajar- el cobrador al ver esta actitud comienza a lanzar lisuras a flor de caña, como si su boca tuviera una súper mega biblioteca de esas palabras . Al haber pasado la Av. Elmer Faucett y la Av. La Marina entrando ya a la Av. Pershing se oye una voz desde el fondo del vehiculo exclamando- ¡bajo en metro! ¡Bajo metro!- el cobrador se hace el sordo hasta llegar a la Av. Salaverry. Esto hace que el tío se amargue y justo cuando esta bajando le tira un puñete y se va corriendo.
Se veía en el rostro del cobrador la venganza, tenía la mirada fija en la ventana como esperando verlo nuevamente. Llego la hora de cobrar el pasaje, como cualquier persona cerrando los ojos, fingiendo estar dormido evadía la mano del cobrador, hasta que en una de esas me coje del hombro y me dice -¡pasaje! En un tono de… “paga… que me estoy cansando de todo esto”, con suma cautela saque la billetera de la cual salieron dos nuevos soles y un carné universitario al darle el dinero , me quedo mirando y me dio de vuelto un nuevo sol .
Ya notándose en el reloj las ocho y cuarenta y visualizándose un enorme trafico precedido por un accidente, sabia queg los integrantes de mi grupo me iban a matar (literalmente) ...
El silencio me despertó esa mañana, algo inusual ya que siempre rogaba en mis sueños que no amaneciera. Al ver el reloj dominante me di cuenta de que eran las cuatro y media de la madrugada no se veía ni un mísero destello de luz reflejándose por mi ventana. Así que decidí salir a correr algo
demasiado inusual, inhalando y exhalando logre alcanzar trotar 220 metros, mi corazón saltaba pidiendo aire en cantidades.Al llegar a mi casa tome un baño y trataba de borrar de mi mente ese pensamiento de tristeza, desconsuelo y soledad, Que vienen a mí cada mañana en las que veo solo la televisión o en las que suelo soñar despierto con animes y en canciones sin sentido. Pero a pesar de todo esto presentía que algo iba a pasar, camine como de costumbre hasta la avenida Elmer Faucett donde ya había gente dispersa como arena en la playa, era casi imposible ver al cobrador de la combi entre tanta gente apretujada como sardina lista para la venta, eran las siete y cuarenta de la mañana no paraba ninguna “S” (combi). Así que decidí caminar por las orillas del río Rimac, algo aburrido solo veía a los marinos corriendo para no perder su transporte , al ver esa escena me causaba risa esto era muy notorio , lo cual se percataron las personas que por hay pasaban que me miraban con disgusto.
Al final me aburrí de caminar así que regrese a Faucett siendo las ocho y quince de la mañana logre ver bajo ese manto blanco llamado neblina una Aquarius (Coaster “S”) el cual era mi única salvación para llegar a tiempo para grabar la propaganda por que sabia que el curso de Formulación y evaluación de proyectos ya había comenzado y también sabia que la profesora por mas buena que fuese no me dejaría pasar, bueno en el carro se sentía el encantador aroma de diez chalacos. El cobrador del Aquarius parecía haber tenido un día pesado ya que en faucett con la Av. Venezuela se sale peleando con un tío que no quería ir mas al fondo, el cobrador diciendo- por favor avance, al fondo hay espacio avance, avance hay gente que quiere viajar también , el tío se queda calmado y le dice- ya voy a bajar- el cobrador al ver esta actitud comienza a lanzar lisuras a flor de caña, como si su boca tuviera una súper mega biblioteca de esas palabras . Al haber pasado la Av. Elmer Faucett y la Av. La Marina entrando ya a la Av. Pershing se oye una voz desde el fondo del vehiculo exclamando- ¡bajo en metro! ¡Bajo metro!- el cobrador se hace el sordo hasta llegar a la Av. Salaverry. Esto hace que el tío se amargue y justo cuando esta bajando le tira un puñete y se va corriendo.
Se veía en el rostro del cobrador la venganza, tenía la mirada fija en la ventana como esperando verlo nuevamente. Llego la hora de cobrar el pasaje, como cualquier persona cerrando los ojos, fingiendo estar dormido evadía la mano del cobrador, hasta que en una de esas me coje del hombro y me dice -¡pasaje! En un tono de… “paga… que me estoy cansando de todo esto”, con suma cautela saque la billetera de la cual salieron dos nuevos soles y un carné universitario al darle el dinero , me quedo mirando y me dio de vuelto un nuevo sol .
Ya notándose en el reloj las ocho y cuarenta y visualizándose un enorme trafico precedido por un accidente, sabia queg los integrantes de mi grupo me iban a matar (literalmente) ...
¿Continuará?
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